La tecnología espacial en cuanto al transporte ha avanzado mucho en los últimos años y pronto será posible mandar humanos a Marte. Esta vez el avance se debe en gran parte gracias al capitalismo, lo cual está bien. El problema viene de que la principal fuente de motivación de este sistema es el interés económico y el beneficio propio. Tratando de forma secundaria, o incluso llegando a apartar, cuestiones de mayor importancia como lo son el respeto por las personas y los demás animales; así como por La Tierra, nuestro único hogar por el momento; además de olvidar temas transcendentales para nuestro desarrollo como la ciencia, la cultura y la educación en valores.
Ahora el interés en llegar a Marte ya no es meramente científico. Y es aquí donde surge el planteamiento. Vivimos en la Tierra y la estamos transformando a nuestro antojo sin pensar en las consecuencias, destrozando el aire, los bosques, los mares y todo lo que se ponga por medio… y cuando llegue el día en que ya no podamos exprimirla más saltaremos a otro planeta, como si de un virus se tratara, para volver a hacer… lo mismo?. De ahí surge la primera idea y el título del proyecto, “A por el siguiente” planeta.
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